Nos une sólo un accidente

Prestige.Elpais

Prestige. Galicia 2002. Foto: El País

Margaret Thatcher, probablemente la figura política más influyente de la historia reciente, creía que nada movía al individuo salvo su interés individual. Negaba la existencia de lo que llamamos sociedad. – «There is not such a thing as society”. Su política fomentó la desregularización del sector financiero, la flexibilización en el mercado laboral, la privatización de empresas públicas y la reducción del poder de los sindicatos, todo ello orientado a añadir movilidad al sistema. Para muchos, desde Thatcher y la década de los 80’s el individualismo fue bendecido como una virtud y principal motor del éxito. Hace unas décadas la expresión “vivimos solos rodeados de gente” era una anécdota urbana, hoy la soledad es considerada un problema de salud publica. Nuestro sistema económico se basa en la competencia y en la satisfacción de necesidades puramente particulares de los usuarios. El propio sistema nos ha ido segregando en segmentos idénticos, incluso ha ido más allá ofreciéndonos la posibilidad de personalizar sus productos y servicios. Nos hemos quedado solos con nuestras cosas.