La naturaleza se enfrenta a la ciudad. Parte 01

Wander Ciudades

Fotograma clave de la película Último Hombre sobre la Tierra de 1964

Este es el segundo post de una cápsula de edición limitada donde el cine de ciencia ficción y la ciudad se encuentran. Las reflexiones y especulaciones sobre ese encuentro esperemos sirvan de inspiración y acompañen los aprendizajes de la exploración en marcha del territorio #lasrelacionesenlaciudad sólo en Wander de Soulsight.

La naturaleza se enfrenta a la humanidad y viceversa.

Es sobrecogedor, extraño o espeluznante ver una ciudad vacía, Abres los ojos… Falta algo… Falta la gente, el movimiento, el bullicio. Pensarlo genera esa sensación de extrañeza casi espeluznante como describía Mark Fisher que hemos llegado a vivir durante el COVID. Sin gente sentimos que la ciudad deja de tener sentido ni significado… mucha forma y ningún fondo… no es útil… es ruina. Lógico si entendemos la construcción de la ciudad como un espacio diseñado de origen para la supervivencia, el cobijo, el almacenaje, la defensa, las relaciones… la “esperanza” humana de saberse a salvo. Verla vacía da yuyu. Deja de tener sentido.

 

Pero la construcción de ciudades también fue una herramienta de intento de control humano de la naturaleza… Un poder externo artificial intentando dominar un espacio salvaje que vive en el caos (aunque parezca una tranquila explanada al lado de un río y siete colinas como lo fue Roma).

El ejemplo más nombrado desde el 2012 es el de los misteriosamente desaparecidos Aztecas… Todos los años se encuentran al menos 300 yacimientos en todo el mundo gracias a Google Earth… y gran parte destacan cubiertos de verde en las selvas del Yucatán. Los arqueólogos ya plantean la posibilidad de que esta civilización intentara literalmente construir y aplanar toda la selva a su alrededor… más allá de chozas y cultivos… Construían en piedra planicies que lograban descubiertos, alzaban santuarios, canales, caminos…

Los templos son piramidales pero es llamativo pensar que más allá de servir a los elegidos para alcanzar el cielo de sus dioses, sirvieron como faros capaces de sobrepasar el poder de la frondosa jungla. Por lo que se ve aquello no funcionó y desaparecieron no sin antes dejarnos con la boca abierta por su capacidad de avance en múltiples disciplinas… todas ellas conectadas indudablemente al diseño, la estructuración y la construcción de sus ciudades-estado. De todas la naturaleza ganó… y poco sabemos del fin de los Aztecas.

mayas

 

Y es que en los peligros inherentes al caos natural es donde nacen posibles escenarios que al ser humano le perturban y ansían… y que por defecto le interesan y enganchan. Nacía la ciencia ficción y lo asumía como un reto que años después llegaría al cine. Y es en algunas películas que hemos seleccionado donde de nuevo podemos especular sobre los futuros de la ciudad… para bien o para mal. En esta ocasión para súper-mal y con la fuerza de la naturaleza como protagonista.

Micro Naturaleza y la ciudad vacía.

Cuando hablamos de naturaleza y ciudades en la ciencia ficción se suele pensar a lo grande… enormes cataclismos climáticos, meteoritos gigantes o grandes simios o lagartos destruyendo rascacielos. Sin duda luego lo veremos, pero antes comencemos por el principio: una bacteria, un virus, un insecto, la naturaleza en su versión menos visible.

 

Destacamos sin duda las diferentes versiones que podemos disfrutar de la novela Soy Leyenda de los 50s… El argumento nos relata la llegada de un virus mortal para los humanos que todo lo arrasa. El que no muere se convierte en una suerte de zombie hipersensible a la luz del sol. Toda la humanidad ha muerto o desaparecido del día a día urbano, todos excepto el protagonista, el único inmune conocido y encima responsable de la búsqueda de la vacuna… Así el prota se pasa los días buscando a otro posible individuo inmune, recorriendo de día una mastodóntica ciudad desierta. Apabullante. Donde la soledad se convierte en un irritante ruido y la esperanza en algo que por defecto parece un insulto. Como decíamos al principio: una ciudad escalofriante.

En las diferentes versiones la ciudad se transforma de noche con la amenaza de una parca banda de humanos alienada, zombificada, desconectada de su propia humanidad. Todo por culpa de un minúsculo virus al que no atendieron los responsables sanitarios y que todo lo arrasó. Descubrimos con terror el micromundo natural que se revela con la fuerza de un tsunami. Ni que decir tiene que el COVID es un ejemplo real que de nos ser por ciertas infraestructuras sería un virus mucho más mortal e incontrolable.

 

Un increíble poder que también destaca Michael Crichton con su libro y película La Amenaza de Andrómeda donde un grupo de científicos se enfrentan en secreto a un virus extraterrestre que amenaza con convertir en polvo la sangre de cualquier ser humano… Bueno en realidad no a todos… los recién nacidos gritones y los borrachos no… Sin duda la solución sería apostar por una ciudad llena de guarderías y bares y dejarnos llevar por el devenir de la naturaleza que nos rodea. En definitiva el poder invisible de los microorganismo es una realidad que nos ha perseguido, nos persigue y perseguirá alimentados por las multitudes que congrega la más grande expresión de relación humana: la ciudad.

Como en las ciudades aztecas pronto las grandes urbes contemporáneas abandonadas se ven atrapadas por marañas de plantas y enredaderas, animales salvajes que recuperan de nuevo su ecosistema de origen. En Doce monos de Terry Gilliam es sobrecogedor descubrir la ciudad en bruto repleta de fauna, flora y animales exóticos escapados de los circos y los zoos e intentando adaptarse a unas extrañas montañas con forma de biblioteca municipal, ayuntamiento, rascacielos… Los animales convirtiendo la ciudad en su medio ambiente como sucedía con los inteligentes monos del Planeta de los Simios o los amenazantes insectos.

 

Llama la atención el ejercicio de Saul Bellow en su única película conocida y además protagonizada por hormigas… Parte de la trama rodada en hormigueros-ciudades trata de advertirnos del verdadero poder global como ser vivo de un insecto que parece insignificante. Pensemos que las hormigas son un 10% de la biomasa de la tierra, conviven en estructuras emergentes y adaptativas, entierran a sus reinas, mantienen cultivos y ganadería además de un elevado nivel de estructura genética que asume las labores y servicios necesarios: desde recolectoras a obreras o militares. Porque si hay algo que no deja lugar a dudas es que son una civilización: y la mejor prueba es que conviven en enormes, complejas y diseñadas ciudades, sin olvidar que también van a la guerra (incluidos armisticios).

Sucesos

 

Los entomólogos coinciden que por tamaño las hormigas no son conscientes de la realidad humana… no saben que existimos, somos fuerzas irresistibles sin sentido. Pero y si de repente alcanzasen ese nivel de consciencia… y si nos descubren… Ese es el argumento de Sucesos en la IV fase y que augura un mundo donde las ciudadanos serán aniquilados y las ciudades se convertirían en entornos naturales donde seguir construyendo las nuevas grandes ciudades para las nuevas amas del planeta: las hormigas.

En definitiva, esta pequeña y breve aproximación inspiradora de la ciencia ficción, ha tratado la micro-amenaza natural en la ciudad desde la idea del abandono. Desde la ruina temporal. Desde la soledad. Desde la falta de significación del espacio urbano cuando los seres humanos ya no transitan… la ciudad como un legado extraño que actualmente supera cualquier momento histórico anterior convirtiendo la visión del globo desde el espacio en una suerte de árbol de navidad repleto de grandes bolas de luz que despiden cada núcleo urbano.

Fin parte 01.

 


En el próximo artículo seguiremos disfrutando de esta selección extraña de films de ciencia ficción que reflexionen sobre la catastrófica relación entre la naturaleza y las ciudades. Lo que popularmente llamaríamos parte 02. Próximamente sólo en el mejor Wanderwall.


Cápsula edición limitada escrita por:
Pedro Enríquez de Salamanca (Furby) — Creative Research Consultant en Wander de Soulsight.