
El patrimonio, el legado y la historia de las ciudades no garantiza su futuro, solo su pasado. La ciudad del pasado, el lugar del mundo donde se levantaron los pilares de lo que hoy somos todos, ha ido cambiando de nombre: Atenas, Florencia, Paris, Berlín, London, New York … fue núcleo de pensamiento, creación y refugio de outsiders, hombres y mujeres fuera del sistema, capaces de revolver sensibilidades e iniciar movimientos transformadores. No se puede cuestionar el papel dominante que han jugado la ciudad en el desarrollo de la sociedad humana. Hoy muchas ciudades históricas están mercantilizado la cultura. Se esfuerzan en tener una agenda cultural atractiva de eventos, exposiciones y museos para sus visitantes, pero se preocupan poco por crear espacios para la creación.